
Quizá es demasiado alarmista titular el post como ‘la peor década para el clima’, pero distintos datos y fuentes consultadas apuntan a que estamos inmersos en una crisis climática sin precedentes, que se lleva arrastrando desde hace años, y que apunta a que entre 2010 y 2020 se marcó la peor década para el clima.
La primera alerta surgió allá por el 2019, cuando la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentó en la COP25 de Madrid su informe anual sobre el estado del clima y se expusieron afirmaciones tan preocupantes como que se estaba produciendo una pérdida de hielo, y por tanto un aumento de nivel del mar, o que se cerraba una década de calor excepcional con un aumento de temperaturas medias importante (Según el informe presentado en 2019, ese año sería recordado como uno de los tres más calurosos de la historia; además de que la escalada en los mercurios no cesa desde 1980)
¿Quiere decir eso que sí que existe el fenómeno de ‘El cambio climático’? Y de existir… ¿En qué nos afecta a los usuarios de a pie?
No solo es que sea un término con el que estamos relativamente relacionados, conocemos su significado, causas y consecuencias; sino que, además, es evidente, visible y palpable. “Cada vez queda menos tiempo para vencer al cambio climático”, que escuchamos en medios de comunicación, tertulias, a expertos en la materia, científicos y sectores relacionados con la energía y medio ambiente.
Y no tenemos que pensar que el cambio climático únicamente se aprecia en el calentamiento de la tierra, la subida de las temperaturas y las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera (que termina en un sobrecalentamiento del planeta), sino que también se detecta por la aparición de fenómenos meteorológicos extremos (sequías, inundaciones…), por un aumento del nivel del mar y deshielo de polos y glaciales; y/o presentando distintos daños para la salud y en temas relacionados con la seguridad alimentaria.
Soluciones
Pero no es momento para analizar la década pasada, si no es para tomar nota, aprender, rectificar y revertir los datos. Es momento para plantear soluciones, cambios, presentar nuevas propuestas y sobre todo, seguir trabajando en el camino de alcanzar las emisiones cero en 2050. Un objetivo, el conseguir un planeta limpio para todos, respaldado por la Comisión Europea (+INFO sobre ‘La Comisión aboga por una Europa climáticamente neutra de aquí a 2050’.

Nos familiarizamos, entonces, con otros términos (y cumbres) que han marcado la evolución del clima y la protección del planeta: Protocolo de Kioto y Acuerdo de París. El primero de ellos, en 1997, acuñó la reducción de emisiones como uno de sus valores principales. En el segundo, allá por 2015, se selló un acuerdo para contener la temperatura de la tierra, fijando, entre otras medidas: la reducción de emisiones CO2, promover un consumo responsable y fomentar la economía circular, basada en la reducción, reutilización y reciclaje; así como perseguir un modelo energético más eficiente, limpio y basado en fuentes renovables (base de Insece y principal compromiso con el planeta, con nuestros clientes y contigo).
Y una última pregunta que, a veces y de manera inconsciente, nos podemos hacer todos: ¿Por qué tengo yo que, a nivel particular, cambiar mi instalación eléctrica, instalar energías renovables, fotovoltaicas o plantearme la implantación de soluciones eficientes para el riego? Por responsabilidad con el planeta, porque proteger y cuidar el medio ambiente es una tarea de todos, porque no es una fuente inagotable de energía y porque también tendrás beneficios directos por apostar por esta nueva tecnología limpia (ayudas, ahorro en la factura de la luz, gastos mínimos de mantenimiento, etcétera).
En Insece, después de estudios, pruebas, desarrollos y proyectos realizados; sabemos que aplicar la tecnología de manera adecuada aporta buenos resultados para abordar el cambio climático con éxito. Y por eso seguimos confiando y trabajando por poner a disposición de nuestros clientes todas las soluciones disponibles. Por el planeta y por nosotros.
Confía en Insece.