
El alto precio de la energía en la agricultura en España ha sido un tema de preocupación para muchos sectores económicos.
La industria agrícola depende en gran medida del uso de la energía para el riego, la iluminación y la maquinaria, entre otros aspectos. Sin embargo, el aumento en los precios de la energía ha afectado seriamente a la rentabilidad y sostenibilidad de la agricultura en España.
Uno de los principales factores que ha contribuido al aumento en los precios de la energía es la dependencia de España en combustibles fósiles importados. El país importa la mayoría de su petróleo y gas natural, lo que significa que está expuesto a los altos precios del mercado internacional. Además, las políticas fiscales y regulatorias también pueden aumentar los precios de la energía. El impuesto especial sobre la electricidad en España, por ejemplo, es uno de los más altos de Europa.

En España hay más de 749.700 agricultores y ganaderos y cada vez son más los que dejan abandonadas las tierras por el alto coste de producción, además este problema que se ve agravado por el cambio climático.
La agricultura es particularmente vulnerable a los altos precios de la energía debido a su alta intensidad de uso energético. El riego de los cultivos es uno de los mayores consumidores de energía en la agricultura. Los sistemas de riego por goteo, por ejemplo, requieren una fuente constante de energía para bombear agua a través de las tuberías. La iluminación también es importante para la producción de cultivos, ya que muchos cultivos requieren ciertas condiciones de luz para crecer adecuadamente. Además, los equipos agrícolas, como los tractores, requieren combustibles fósiles para funcionar.

La solución a los altos precios de la energía y su impacto en la agricultura española es la adopción de fuentes de energía renovable. La energía renovable, como la solar, es una alternativa limpia y sostenible a los combustibles fósiles. Además, la energía renovable es cada vez más asequible y competitiva en precio. La implementación de políticas que promuevan el uso de energía renovable en la agricultura podría tener un impacto positivo en la rentabilidad y sostenibilidad de la industria.
La adopción de tecnologías de eficiencia energética también puede ayudar a reducir el consumo de energía en la agricultura. La instalación de sistemas de riego eficientes y la utilización de maquinaria más eficiente en el consumo de energía son solo algunos ejemplos de medidas que los agricultores pueden tomar para reducir sus costos energéticos.

Tomas Cebrián, CEO de Insece, manifiesta que “es muy importante adaptarnos a los nuevos tiempos, conocer las nuevas tecnologías y aprovechar la energía solar para realizar una gestión innovadora de los recursos que tenemos disponibles. Queremos que haya una menor tasa de abandono por parte de los agricultores”.
Por este motivo, Insece ha desarrollado la solución a todos los agricultores con la que pueden seguir abasteciéndose de energía y agua sin preocuparse por el alto precio de la electricidad. A través de una red de equipos de última generación conectados a internet y en tiempo real, el agricultor seguirá regando por aspersión, pívots, goteo e incluso extracción de agua. Todo ello con la instalación de placas solares. El alto precio de la energía en la agricultura será un problema menor gracias a esto.