¿Sirve para algo la Cumbre del Clima? Podría ser esta una buena pregunta con la que empezar a analizar la convención, el desarrollo de la Cumbre del Clima o las conclusiones y acuerdos a los que se llega, ya no solo en este 2021, sino en todas las cumbres que se están desarrollando desde 1992, año en que nació. Fue entonces, al comienzo de la década de los 90, cuando se marcó el inicio a la reunión anual de cerca de 200 países, encabezados por las Naciones Unidas, en la que se buscarían los acuerdos entorno a medidas contra del cambio climático y la estabilización de las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera. Tres años más tarde, en 1995, tuvo lugar la COP1 en Berlín, la primera convención sobre el clima.

Así, año tras año y salvando el pasado 2020, en el que no pudo celebrarse la cita a causa de la pandemia, los delegados y ministros de casi todos los países del mundo se reúnen para abordar el problema evidente sobre el Cambio Climático y cómo combatirlo; firman acuerdos importantes en la materia y ahondan en planes de futuro. Dentro de esas firmas están, por ejemplo, el ‘Protocolo de Kioto’ de 1997, en el que los países industrializados se comprometieron a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, o el ‘Acuerdo de París’ (https://unfccc.int/es/process-and-meetings/the-paris-agreement/el-acuerdo-de-paris) en 2015, que tenía por objetivo limitar el calentamiento global mundial.

La última edición celebrada hasta esta COP26 de 2021 fue la de Madrid, en 2019. Un evento marcado por el multilateralismo y las fuertes movilizaciones sociales para exigir más acciones de los gobiernos y su puesta en marcha de manera más rápida. (Leer más sobre la COP25).

Conclusiones de la COP26 de Glasgow

Antes de la celebración de la COP26, los organizadores de esta edición la marcaban como la última esperanza para salvar el planeta, algo qué, por otra parte, venimos resaltando desde Insece en muchos de los posts (https://insece.es/blog/) en los que ya hemos tratado el problema del cambio climático: la necesidad de actuar ante un problema que está dejando importantes consecuencias en el Planeta y por ende, en las personas.

Tras su celebración, entre el 31 de octubre y el 12 de diciembre de este año, se entresacan varias conclusiones a desarrollar, siendo una de las principales la necesaria actuación inmediata, porque el tiempo para salvar el planeta se está agotando. Y la prioridad, este año, se marcaba en limitar el incremento de las temperaturas globales a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, para evitar olas de calor letales y consecuencias nocivas para la salud y ecosistemas. (Leer post ‘Consecuencias del Cambio Climático y soluciones’).

En esta línea, reconociendo el problema actual y teniendo en cuenta que la principal medida pasa por limitar las emisiones globales de dióxido de carbono a la atmósfera, con el cierre de la COP26 se quedaron en el aire cuántas emisiones debe recortar cada país y con qué premura deben hacerlo, también el tiempo de adaptación a nuevos tipos de energía o la diferencia entre las potencias mundiales y las naciones más pobres, a la hora de cómo se adaptan al cambio. Aspectos importantes y que al no detallarse ni conseguirse un consenso total, en parte, hacen que la implicación de particulares sea mayor, para poder remar todos en el mismo sentido y sin esperar mayores directrices institucionales antes de ‘pasar a la acción’.

En Insece creemos que además de los grandes acuerdos y pactos que marcan el devenir mundial, en materia del clima, existen las acciones individuales y las adaptaciones a infraestructuras más sostenibles y respetuosas con el medioambiente, como la apuesta por las energías renovables para uso doméstico y en entornos de trabajo. ¿Te animas? Es el momento de salvar el Planeta. ¡Confía en Insece!